Supongo que todos sabemos que cuando nos ilusionamos de alguien no lo podemos controlar. Que es un sentimiento que aunque tratemos de dejarlo, no podemos hacerlo. Y así me siento yo. Siento que mi vida de lo único que se aferra es de mis ilusiones de otra vida más feliz. Soy feliz, la vida me ha enseñado a serlo a pesar de todas las malas y buenas experiencias. No puedo quejarme de la familia, los amigos, las personas especiales que tengo en este momento. Pero siempre hay un espacio especial que otra ilusión va a tomar como su lugar. La ilusión de la persona de la que me siento atraída. Con la que sé que intentaré dar lo mejor de mi misma. Me siento con unas enormes ganas de gritar lo que siento. De decirle al mundo entero de que quiero conocerlo. Que quiero conocer sus cosas buenas y malas. Que quiero estar en sus momento buenos y en los que no también. Ser su ayuda y estar ahí en cualquier momento. Es pronto para llamarlo amor. Ni siquiera puede acercarse a eso. No puedo amar a una persona que no conozco lo suficiente. Pero de algo estoy segura, algo que mi corazón dice y no puedo dejar pasar.Que quiero conocer todo lo que no dice, lo que solo le puede decir a alguna persona especial. Yo quiero ser esa persona especial. Y mientras solo sea una ilusión, trataré de convertirla en un buen hecho. Tendré la esperanza de que él pueda llegar a sentir lo mismo. Y en un futuro hacerle feliz.
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