jueves, 23 de abril de 2015

No siempre tienes lo que quieres.



No siempre tienes lo que quieres. O eso creo yo. ¿Por que la vida no nos regala las cosas que nos harían felices? Esa pregunta me la he echo desde que me dijo que le gustaba otra. No lo sabía, pero lo intuía. No podría esperarme otra cosa. Esta vida me ha llenado de tantas desilusiones que sentía desde lo más profundo que así iba hacer. Y me lo dijo como cualquier cosa; como si no le doliera. Como si no estuviera en mi lugar. Juro que no sabía que por dentro me estaba ahogando en lagrimas y que no pude llorar hasta el momento en que estaba dentro de la ducha. Cuando el sonido de mi llanto se perdía entre el sonido de la regadera.

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