Por que siempre repito las misma palabras. —Llegando a casa espero hablar con el chavo que me gusta— digo a mis amigas cada día. A la 1:30 de la tarde cuando salgo de la escuela. Camino haca la parada con una felicidad, y una esperanza grande de que él me hablase como el día anterior. En la tarde hablar con él, preguntarle sobre su día, recordarme inconscientemente de que había estado esperando su mensaje. O que había estado pensando constantemente en cosas que quisiera que me platicase sobre él. Por que lo espero, lo espero y lo seguiré esperando. Y cuando no pueda hablar con él lo entenderé de todas formas. Sabré que está haciendo sus cosas importantes y que yo también tendré que hacer las mías a pesar de que se me vaya el tiempo pensando en él. Tendré que aceptar que no podré platicar con él todo el tiempo, pero no podré pasar de la idea de recordarle a cada instante.
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