jueves, 23 de abril de 2015

Tu nombre.


Jesús, Jesús, Jesús, Jesús. ¿No podría haber otro más especial? Tendría que evitar llamar a Dios con el nombre de Jesús, por que cada que lo pronunciaría se me abriría un hueco inmenso en el corazón. Y tendría que evitar decirle a mi tío Chucho por su nombre. Y olvidar que al señor de la tienda le dicen Chucho aunque no se llame Jesús. Y que en España le dicen chucho a un perro que aunque no tiene nada que ver con esto, sigue haciendo esas sílabas chu-cho. Que uno de mis compañeros de salón de llama Jesús aunque todos lo llaman por su primer nombre. ¿Ven? ahora hasta recuerdo los segundos nombres de todos. Y eso que tengo perdida de  memoria a corto plazo. De una o cualquier forma estará por siempre ese nombre rondando en mis pensamientos. Y sé que trataré de sacarlo de mi mente. ¡Pero por un carajo! Nunca pensé que terminaría así. Que su nombre estaría tan grabado en mi mente. 

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